En tanto, Greenpeace sigue desafinando en el concierto de las luchas ambientales: Juan Carlos Villalonga se pronuncia abiertamente a favor del "proyecto Filmus", el mismo que defienden los Gioja y las mineras.
Ricardo Villalba (Ianiglia) dice que se está perdiendo tiempo discutiendo entre los dos proyectos, y que las mineras avanzan, pero pide un tercer proyecto. (??)
Conclusión: la movilización de las asambleas y los ciudadanos es nuestra verdadera garantía de lucha.
Movida Ambiental
Contrapunto sobre hielo
Europa prohibió la minería con cianuro. Diferentes repercusiones en San Juan y Mendoza. Compiten dos proyectos de ley de Defensa de los Glaciares para remplazar al que vetó Cristina y los lobbies mineros.
Aquí en Mendoza, en los últimos días, ambientalistas, legisladores y algunos funcionarios, andan presumiendo: hasta en el Barrio Cívico sostienen que nos adelantamos a los europeos con la ley 7.722, en 2007 cuando, en el Valle de Uco, militantes "verdes" la emprendieron contra la vocación minera de Cobos (había mandado a Laura Montero a Canadá a tentar a inversores mineros).
Presionaron a la Legislatura hasta conseguir la prohibición de minería a cielo abierto y con sustancias contaminantes, el cianuro entre ellas). La bandera de aquellos días de revuelo político y ambientalista: "Agua sí, Cianuro no". Las mineras defendían la "inversión sustentable".
Precisamente en estos días, unos y otros siguen atentos la evolución en el Congreso del nuevo proyecto de protección de las reservas de hielo del país. En Senadores, Daniel Filmus consiguió media sanción para una propuesta, mientras que en Diputados, Miguel Bonasso -siguiendo los pasos de Marta Maffei- consiguió media sanción también, pero para un proyecto que discrepa en varias cosas con Filmus y vuelve sobre los criterios restrictivos para la minería que vetó Cristina a instancias de los hermanos Gioja y de los lobbistas de las cámaras mineras.
¿Demagogia o prevención? En San Juan dicen que lo resuelto por los europeos es demagógico ("¡En Europa ya no hay minería metalífera!") y hasta discriminatorio ("¡Prohíben el uso del cianuro en minería y no en otras actividades industriales que lo usan!").
Esgrimen los europeos, entre otras cosas, que "en los últimos 25 años se han registrado más de 30 accidentes importantes en la región relacionados con el vertido de cianuro", y agregan que "en relación, crea poco empleo en pocos años y deja muy poco de lo mucho que se lleva".
Sin embargo, los que se quejan de que la ola contra el cianuro en la minería está sobredimensionada intencionalmente, aclaran: del total del cianuro que importa la Argentina para su industria, se estima que sólo entre el 6 y el 8 por ciento se destina a la minería y un 80 por ciento se utiliza en la industria plástica (la usa como ligante).
"Prohíben el uso del cianuro en la minería y no en la industria del plástico que ocupa el 80% de ese químico", se quejan. Pero además, insisten: "En nuestro país ni antes ni ahora hubo derrames de cianuro y es el producto químico con el que más cuidado se tiene".
La resolución aprobada por los legisladores europeos, basa gran parte de su argumento en el suceso ocurrido hace 10 años, cuando se virtieron más de 100.000 metros cúbicos de agua contaminada con cianuro desde el embalse de una mina de oro al sistema fluvial Tisza-Danubio, lo que causó el mayor desastre ecológico de esa época en la Europa Central.
La gigante canadiense Barrick, que explota la mina Veladero, en el alto Valle del Cura, San Juan, insiste en que "es la única mina en la Argentina que tiene la certificación internacional del Código del Manejo del Cianuro que regula las mejores prácticas mundiales para el manejo de ese químico".
Hielos en contrapunto. Después del polémico veto de Cristina contra la Ley de Protección de Glaciares -que el Congreso había sancionado por unanimidad-, se discuten dos proyectos contrapuestos para remplazar lo vetado (uno del senador Daniel Filmus y otro del diputado Miguel Bonasso, ambos del frente kirchnerista).
Se da la paradoja de que Filmus -en un trabajo conjunto, dicen, con el Ianigla de Mendoza- consiguió media sanción del Senado para su proyecto de Protección de los Glaciares, en el que se corrigen imprecisiones del que fue vetado por Olivos (había sido sancionado por unanimidad).
Y sin embargo, en Diputados, Bonasso (del FPV) se le opone con otro proyecto que, en definitiva, rescata casi en su totalidad los preceptos de la ley vetada (en realidad iniciativa de la ex diputada y ex docente, Martha Maffei).
Los ambientalistas de Greenpeace y los técnicos del Ianigla se han manifestado más cerca del proyecto Filmus y -por el contrario- son críticos del de Bonasso (al que Greenpeace definió como un proyecto "peligroso" por sus zonas grises, indefinidas en torno a los glaciares y sus "ambientes periglaciares").
El director político de Greenpeace, Juan Carlos Villalonga, advirtió que la iniciativa del diputado Bonasso prohíbe la actividad industrial en torno a los glaciares pero "es muy genérica, lo que la torna peligrosa, porque no define las áreas periglaciares". "En definitiva, está defendiendo un área de protección que no define.
Es muy genérico y es peligroso porque prohíbe pero sin precisar los límites", sostuvo. En cambio cree que el proyecto de Filmus "define como de derecho público a los glaciares, incluye los glaciares tradicionales y los glaciares de escombros, precisando el área. También abarca al hielo de la Antártida. Puede ser mejorado y tendría una buena definición", agregó el verde de Greenpeace.
La cuerda está tensa, sin embargo. Y es asunto nuestro.
La quimera del oro y los glaciares
Sólo el 2,5% del agua de la Tierra es dulce. Y de esa pequeña porción dulce, el 90% está congelado en los polos y glaciares. De allí que la humanidad procura cuidar su trago de agua dulce de la contaminación, del despilfarro y preservando sus hielos y glaciares.Ricardo Villalba -científico del Ianigla, con un Premio Nobel colectivo en sus pergaminos- percibe que la propuesta de Daniel Filmus para la nueva Ley de Glaciares, "precisa mejor el área periglaciar, al incluir entre lo intocable a los glaciares de escombros" (que en años de poca precipitación nívea pueden aportar el 60% del agua de nuestros ríos).
Incluso, comenta, incluye expresamente que son de carácter público, es decir no apropiables por emprendimientos privados. También protege los hielos antárticos (que no estaban precisados en el proyecto vetado).
Le teme al vórtice de tormenta por los 2 proyectos contrapuestos (el de Filmus en el Senado y el de Bonasso en Diputados) que puede empantanar el trámite en el Congreso: "Mientras, la minería del oro y el cobre y otras industrias avanzan sin esperar la burocracia legislativa", advierte.
"En ambos trabajos hay puntos en los que se puede coincidir y hacer confluir un solo proyecto, acelerando el trámite", finaliza el científico.
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