El rey de la cordillera
El gobernador sueña con ser el primer presidente sanjuanino después de Sarmiento, apoyado por el desarrollo de la minería metalífera a cielo abierto en su provincia. Sergio Carreras
Enviado especial a San Juan
Sociedad. "El flaco". Gioja ganó la reelección a gobernador con 60 por ciento de los votos. Los ambientalistas lo consideran un enemigo. Por estos días, no es fácil encontrar al gobernador sanjuanino en su provincia. De excelentes relaciones con el matrimonio Kirchner, absorbido por su papel de primer minero argentino y lanzado como precandidato presidencial, José Luis Gioja –“el Flaco”, como lo llaman aquí– acaba de volver de una gira europea.
Fue a ver, entre otras atracciones, un túnel austríaco similar al de 40 kilómetros con el que planea perforar la cordillera para que el paso de Aguas Negras hacia Chile funcione como tal y no esté interrumpido por la nieve buena parte del año.
Viaja y vuelve a viajar, se reúne con su amiga Presidenta, va y viene de los programas televisivos de Capital Federal... Entonces, los intentos de entrevistarlo en la Casa de Gobierno pasan de un día para otro y, al final, la entrevista es telefónica.
–Lleva semanas en el candelero por su defensa de la minería a cielo abierto.
–No tengo una explicación clara para esto. Sí sé que hay un fuerte condimento ideológico, que hay desconocimiento en otros casos, pero San Juan tiene minería desde siempre. El primer gran minero en la provincia fue (Domingo Faustino) Sarmiento. Recuerde aquella famosa carta a (Bartolomé) Mitre para que lo ayudara a desarrollar la minería. Somos una provincia con tradición minera y que tiene desde facultades hasta reinas de la minería; de modo que me parece que por ahí, no sé, esto ofrece algunos flancos que quienes ignoran el tema pueden generar en otros alguna situación de duda o adhesión emocional. Creo que tenemos una ventaja comparativa importante. Somos una provincia con un 80 por ciento del territorio cubierto por montañas y por suerte esta riqueza podemos extraerla cumpliendo todas las reglas de sustentabilidad.
Gioja debe ser el político argentino que de manera más abierta defiende la minería metalífera, al mismo tiempo que otras provincias la prohíben por considerarla contaminante y que miles de organizaciones vecinales la combaten, convencidas de que es una condena.
Gioja va y pone la cara, es amigo de los empresarios de la minería internacional y se tutea con algunos de los principales funcionarios canadienses, país del que es oriunda Barrick, la minera más grande del mundo, con dos importantes intereses en San Juan: las minas Veladero y Pascua-Lama.
“Una vez viajamos a San Juan para la reunión del Consejo Federal de Minería y Gioja nos recibió en su despacho junto a las autoridades de Barrick. Estaba ahí como si fuera una autoridad más”, contó a este diario un ex secretario de Minería de otra provincia.
–Además del riesgo ambiental, la principal crítica que es que San Juan no desarrolla una minería sustentable, que continúe cuando las mineras se marchen.
–Es una apuesta. Estas cosas no se agotan tan fácil. Del otro lado hay un país cordillerano que siempre tuvo la minería como principal actividad. El 60 por ciento de lo que exporta Chile es de origen mineral. Ese es el modelo que pretendemos para la provincia, que además tiene un complejo agroindustrial importante, con vitivinicultura, olivicultura, un complejo semillero y la fábrica conservera más importante de América latina. Con una obra pública racional, un turismo incipiente que estamos desarrollando. La minería es hacer valer nuestra ventaja comparativa. Tenemos un solo río y llueven menos de 100 milímetros al año. Sin minería estarían sobrando muchos sanjuaninos. Hoy tenemos más de 40 mil salarios mineros. Si se los multiplica a cada uno por cuatro o cinco personas de un grupo familiar, hay 200 mil personas involucradas en la minería, en una sociedad de 700 mil habitantes. Ideológicamente puedo aceptar que a alguien no le guste, pero los que queremos el progreso buscamos más actividad económica, con salarios dignos.
–Usted participó en el armado del actual esquema legal minero, ¿qué opina de las grandes ganancias de las mineras, comparadas con los pobres ingresos de regalías?
–Hay que dar garantías al inversor. Ésta es una inversión de mucho riesgo, que tiene que esperar mucho tiempo para recuperarse. La seguridad jurídica hay que garantizarla. Argentina tiene la misma cordillera que Chile, pero del otro lado hay un país estable, que vive de esa misma cordillera. Nosotros no tenemos pampa húmeda, el puerto queda lejos y es como que nos habíamos olvidado de la cordillera. Es un instrumento para corregir el desequilibrio del desarrollo; con las regalías corregimos eso. En San Juan constituimos un fondo fiduciario administrado por una comisión, que integran el intendente del departamento donde se realiza la explotación, la empresa y la Provincia. Esos recursos son para obras del departamento donde está la mina. Para San Juan, esto es como la ganadería para la pampa húmeda.
–Viendo las cifras oficiales de su gobierno, se ve que percibe regalías muy pequeñas.
–Nosotros medimos que durante la construcción de Veladero, entre marzo de 1994 e igual mes de 1995, de los ingresos brutos en San Juan, Veladero como agente de retención a los subcontratistas representó 33 por ciento de los ingresos totales. Detrás de Veladero se ubicaba el principal banco de San Juan, con sólo el ocho por ciento. Ahí se ve realmente la influencia de la actividad y en los recursos que van a los municipios y al resto de la provincia. Creo que sí hay que modificar el valor que pagan las mineras a boca de mina y hacer que paguen el porcentaje sobre la facturación, pero es algo complicado y hay que hacerlo en forma clara. Si hasta había provincias que para promocionar las inversiones mineras no cobraban regalías.
–¿Cuándo cree que Argentina superará este esquema, que algunos consideran colonial, de exportar sólo materia prima sin un desarrollo industrial local?
–Estamos cerca de colocar una refinería de oro y plata en San Juan. Eso serviría para desarrollar la orfebrería y otras actividades. Estamos avanzando en ese sentido: hoy las impurezas van a refinerías de otros países. No sería una inversión tan grande, comparada con la inversión minera en general. Pero se necesita la certificación de calidad, que hacen muy pocos especialistas en el mundo, para garantizar la pureza en lo que se refina, ya que eso es lo que termina dando el valor.
–Toda la familia Gioja parece estar en el negocio de la minería. Usted tiene tres hermanos en la actividad...
–No, somos siete hermanos, pero sólo tres estamos en esto; no me aumente. Soy yo, mi hermano senador y mi otro hermano diputado nacional. Ninguno más está en la minería. Esto siempre se agranda para desvirtuar la realidad. Así como en Córdoba los legisladores nacionales quieren estar en la Comisión de Agricultura porque Córdoba tiene agricultura, los de San Juan quieren estar en lo que tiene que ver con la provincia. No nos interesa estar en la Comisión de Pesca. En San Juan no tenemos un solo pez.
–¿Qué responde a los que dicen que Barrick es como un país aparte, con territorio propio?
–Se desvirtúa mucho. Yo no puedo entrar a una estancia en Córdoba. Debo pedir permiso. Es lo mismo con las mineras. Pero no hay abuso, hay control, que tiene que ser estricto y lo hace el Estado, con la Policía Minera.
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